En la adultez media el
adulto empieza a sentir el peso del pasado, a la vez que siente el deterioro
físico, se da cuenta que algunas metas no las ha podido alcanzar y que no las
alcanzará.
En
el ámbito profesional el factor del trabajo es aún muy
importante en este nivel. Algunos adultos se quedan estancados y conforme con
su trabajo actual, teniendo como único objetivo seguir manteniéndolo, mientras
que otros pretenden alcanzar otras metas (mayor categoría profesional, una
formación paralela, etc.). El
adulto medio empieza a tener el pensamiento de que le queda poco tiempo de
vida y teme a la competencia de las generaciones nuevas.
El trabajo está fuertemente ligado con todos los aspectos del desarrollo intelectual, físico social y emocional. Generalmente las diferencias de edad en el desempeño dependen mucho en cómo se mide el desempeño y de las demandas de una clase de trabajos específicos. Un empleo que requiere reflejos rápidos, tiene más probabilidad de que sea desempeñado de una mejor manera por una persona joven, en cambio, uno que depende de la madurez de juicio puede ser mejor ejecutado por una persona mayor.
En la etapa de la adultez media el individuo asume el rol de tutor. Posibilita desarrollar diferentes aspectos de sí
mismo, tanto al tutor como al tutoreado. Esto permite que el tutor se sienta
valorado en lo profesional. También se desarrolla la sensación de continuidad
del propio proyecto. Posibilita la sublimación de aspectos agresivos frente a
los más jóvenes. El rol de tutor supone la capacidad de identificarse con los
logros de las personas más jóvenes.
El conflicto eriksoniano que se da en esta etapa es
el de generatividad v/s estancamiento y la fuerza básica es el cuidado. El rol
de tutor contribuye a la generatividad. El tutor favorece el desarrollo del tutoreado,
fortalece sus habilidades, lo apoya, guía y aconseja, facilitando el desarrollo
general. Sirve como modelo en distintos ámbitos.
El tutor debe cumplir, aunque sea en parte, los
sueños del tutoreado. Una buena tutoría implica potenciar habilidades y
ayudar a asumir defectos, reconocerlos.
A la larga, los trabajadores jóvenes están menos
satisfechos con sus trabajos. Son
menos comprometidos con sus empleos, menos comprometidos con sus empleadores y
tienen más probabilidad de cambiar de empleo con más frecuencia. Con respecto a la satisfacción y permanencia en el trabajo, no hay
diferencias claras de edad en aspectos específicos de la relación de trabajo,
estos se encuentran asociados con la promoción, supervisión, compañeros de
trabajo y el salario.