martes, 12 de junio de 2012




    En la adultez media el adulto empieza a sentir el peso del pasado, a la vez que siente el deterioro físico, se da cuenta que algunas metas no las ha podido alcanzar y que no las alcanzará. 

En el ámbito profesional el factor del trabajo es aún muy importante en este nivel. Algunos adultos se quedan estancados y conforme con su trabajo actual, teniendo como único objetivo seguir manteniéndolo, mientras que otros pretenden alcanzar otras metas (mayor categoría profesional, una formación paralela, etc.). El adulto medio empieza a tener el pensamiento de que le queda poco tiempo de vida y teme a la competencia de las generaciones nuevas.

El trabajo está fuertemente ligado con todos los aspectos del desarrollo intelectual, físico social y emocional. Generalmente las diferencias de edad en el desempeño dependen mucho en cómo se mide el desempeño y de las demandas de una clase de trabajos específicos. Un empleo que requiere reflejos rápidos, tiene más probabilidad de que sea desempeñado de una mejor manera por una persona joven, en cambio, uno que depende de la madurez de juicio puede ser mejor ejecutado por una persona mayor.


En la etapa de la adultez media el individuo asume el rol de tutor. Posibilita desarrollar diferentes aspectos de sí mismo, tanto al tutor como al tutoreado. Esto permite que el tutor se sienta valorado en lo profesional. También se desarrolla la sensación de continuidad del propio proyecto. Posibilita la sublimación de aspectos agresivos frente a los más jóvenes. El rol de tutor supone la capacidad de identificarse con los logros de las personas más jóvenes.

El conflicto eriksoniano que se da en esta etapa es el de generatividad v/s estancamiento y la fuerza básica es el cuidado. El rol de tutor contribuye a la generatividad. El tutor favorece el desarrollo del tutoreado, fortalece sus habilidades, lo apoya, guía y aconseja, facilitando el desarrollo general. Sirve como modelo en distintos ámbitos. 

El tutor debe cumplir, aunque sea en parte, los sueños del tutoreado. Una buena tutoría implica potenciar habilidades y ayudar a asumir defectos, reconocerlos.

A la larga, los trabajadores jóvenes están menos satisfechos con sus trabajos. Son menos comprometidos con sus empleos, menos comprometidos con sus empleadores y tienen más probabilidad de cambiar de empleo con más frecuencia. Con respecto a la satisfacción y permanencia en el trabajo, no hay diferencias claras de edad en aspectos específicos de la relación de trabajo, estos se encuentran asociados con la promoción, supervisión, compañeros de trabajo y el salario.